Estamos tan ocupados en rellenar las horas del día con cosas que hacer, que nos hemos olvidado de ser.
Nuestros antiguos patrones, aquellos heredados de la Era de Supervivencia, hace que nos sintamos culpables si no estamos haciendo algo todo el tiempo. Y fue útil en aquella era, pero en esta ya nos hace daño.
Al hacer no siendo nos movemos sin rumbo, como caballo desbocado. Cuando haces siendo el camino se acorta y se serena.
¿Y cómo se es?
Pues se es sintiendo, se es experimentando, se es mirando hacia adentro, se es observando hacia afuera sin juicio. Como no estamos acostumbrados a ser, podemos fijarnos algunas pautas:
- Ponernos una alarma cada X horas, para parar y preguntarnos a nosotros mismos cómo estamos. Es posible que nos esté doliendo la cabeza y simplemente necesitemos un poco de aire fresco, o que tengamos sed.
- Otra pauta puede ser reservarnos un espacio de tiempo al día en que nos sentemos solos con nosotros mismos y escuchemos lo que necesitamos contarnos: sueños, preocupaciones, anhelos… Esto puede ir acompañado de un masaje facial o de pies con algún aceite natural.
- Otra propuesta es considerar las horas de las comidas rituales. Olvidarnos de todo lo que hay alrededor y observar las sensaciones que se despiertan en nosotros al comer lentamente.
¡Bienvenidos a la Era del Cuidado!